El Día Internacional de la Juventud es una fecha que el Consell ignora, como la realidad de los jóvenes valencianos. Para empezar, la tasa de paro entre los menores de 35 años se sitúa en un escalofriante 38%, muy superior a la media española. Así es imposible que la perseguida emancipación sea efectiva. Además, para poder salir de de casa también se precisa acceder a una vivienda. Pues bien, en este aspecto, la Generalitat continúa responsabilizando a Zapatero aun cuando esta competencia pertenece a las comunidades autónomas. Si Camps, en lugar de ponerse a trabajar se dedica a culpar a otros, lo pagamos los más vulnerables, esto es, los ciudadanos.
Pero hay más evidencias de que el Consell no cree en los jóvenes, ¿por qué no se ha aprobado desde 2005 un nuevo plan de juventud para articular las políticas jóvenes? Simplemente, porque no hay políticas enfocadas a la juventud desde la Generalitat.
Pero hay más evidencias de que el Consell no cree en los jóvenes, ¿por qué no se ha aprobado desde 2005 un nuevo plan de juventud para articular las políticas jóvenes? Simplemente, porque no hay políticas enfocadas a la juventud desde la Generalitat.
¿Por qué si no ha propuesto una Ley de juventud que recorta derechos y no plantea una sola actuación? El anteproyecto supone, entre otras cosas, una eliminación fulminante y unilateral de las subvenciones a las asociaciones juveniles, implica restar transparencia en la gestión de las políticas juveniles al privatizarlas. Por si fuera poco, también limita el acceso de los jóvenes al asociacionismo, en un artículo que coquetea con la anticonstitucionalidad, ya que los Consejos Locales de la Juventud de nueva creación deberán ser ratificados, o no, por el ayuntamiento de turno lo que supone una manera de censurar cualquier opinión de los jóvenes progresistas a las políticas emprendidas por los consistorios gobernados por el PP. ¿Agoreros? No. El ejemplo lo tenemos en la Comunidad de Madrid, en la Región de Murcia o la ciudad autónoma de Melilla, todas gobernadas por el PP y donde estas políticas ya se practican.
De educación sexual ni una palabra, de acceso a subvenciones ni una palabra, de cómo articular medidas en fomento del empleo joven ni una palabra, de garantizar el derecho a una vivienda digna ni una palabra, de cómo implantar el Pla Jove ni una palabra. Todo son propuestas huecas y sin presupuesto reservado, en definitva, cortinas de humo como la entrega de becas en la Diputación de Valencia, convertida en un desfile marcial de jóvenes forzados a pasar frente a Alfonso Rus.
Ser joven no implica una ciudadanía de segunda ni que tengamos que vivir sin algunos derechos fundamentales: somos el presente y el futuro. Ni un acto institucional conmemora este día. El Consell, definitivamente, no se cree a la juventud.
Fernando Díaz
Secretario General JSPV
De educación sexual ni una palabra, de acceso a subvenciones ni una palabra, de cómo articular medidas en fomento del empleo joven ni una palabra, de garantizar el derecho a una vivienda digna ni una palabra, de cómo implantar el Pla Jove ni una palabra. Todo son propuestas huecas y sin presupuesto reservado, en definitva, cortinas de humo como la entrega de becas en la Diputación de Valencia, convertida en un desfile marcial de jóvenes forzados a pasar frente a Alfonso Rus.
Ser joven no implica una ciudadanía de segunda ni que tengamos que vivir sin algunos derechos fundamentales: somos el presente y el futuro. Ni un acto institucional conmemora este día. El Consell, definitivamente, no se cree a la juventud.
Fernando Díaz
Secretario General JSPV