jueves, 13 de diciembre de 2007

Marruecos: dónde la homofobia es la ley

La frontera de la civilización y el respeto a los derechos humanos tiene hoy más que nunca un significado material. Se trata de una verja de metal, situada en Ceuta y en Melilla, separando nuestro país de la sinrazón y la barbarie. La diferencia entre estar a un lado o a otro de la alambrada es muy simple: en una parte todos somos ciudadanos libres e iguales, mientras que en la otra, una persona puede ser condenada por amar a otra. Y es que en Marruecos, ese país tan cercano geográficamente y del que la mayoría conocemos muy poco, el amor está regulado por ley y solamente se admite en un sentido, el heterosexual.

Esta misma semana, seis marroquíes han sido encarcelados por participar en una boda homosexual. Algo que aquí puede hacerse en cualquier Ayuntamiento, constituye un delito grave en el país vecino. Mientras que aquí el "que dirán" es el temor de cualquier adolescente gay antes de "salir del armario", allí en la puerta de dicho armario hay un policía de paisano, esperando encarcelar al mariquita en cuanto abra una pequeña rendija. Este sometimiento de los homosexuales constituye una verdadera forma de esclavitud, ya que no permite el desarrollo pleno de la personalidad.


Desde el PSOE, el Secretario Federal de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo ha expresado su "preocupación ante los ataques de islamistas radicales contra los derechos humanos". Lo peor de todo es que estos ataques se producen con el total consentimiento y agrado del gobierno marroquí. Por ello, Zerolo ha recordado que la persecución o el encarcelamiento por motivos de orientación sexual es una flagrante violación de los derechos humanos “inaceptable en cualquier país”.


Quizás en Marruecos no puedan salir del armario, pero desde España -uno de los pocos países en todo el planeta que reconoce la igualdad plena de todos sus ciudadanos- podemos encabezar la presión internacional que debe hacerse al gobierno marroquí. Ha llegado la hora de exigir a aquellos países con los que colaboramos y a los que tanto favorecemos mediante ayudas y planes de Cooperación y Desarrollo una condición a cambio de nuestra "colaboración". Esta condición es la igualdad plena de todos los ciudadanos y el respeto a los derechos humanos.


Fernando Miñana

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que no hayq ue irse a un país como Marruecos... la mayoría de los miembros de la UE están en las mismas.

En un país donde los ciudadanos no pueden elegir con libertad a sus polítcos sin la sombra del Rey... el derecho de los homosexuales es utópico...lamentable pero es la realidad.

Anónimo dijo...

No hace falta irte a Marruecos Fernando mira lo que pasó el otro día en la manifestación cuando increparon y persiguieron a Zerolo. Por desgracia pasa hasta en los paises que creemos ser mas civilizados.

Anónimo dijo...

Es evidente que en España también hay malas personas, dispuestas a increpar a un concejal por su orientación sexual. Sin embargo, aquí la mayoría hemos decidido unas normas, basadas en el respeto y la igualdad.
No es nada raro que aún persistan los comportamientos puramente fascistas en una pequeña parte de la sociedad cuando el Partido Popular tiene recurrida ante el tribunal constitucional la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Eso es el PP.

Anónimo dijo...

No hace falta irse a Marruecos, ayer un Obispo de Tenerife dijo que los homosexuales éramos un problema para la sociedad. Pero que se puede esperar de la Iglesia, que además dice que los culpables de los abusos a menores, son los mismos menores.

La Iglesia me ha decepcionado mucho en estos últimos años. Ellos si que son un problema, con todas las riquezas que tienen podía acabarse el hambre en el mundo.