Me produce auténtico terror encender la televisión y ver que una de las principales noticias del telediario sea la muerte de una mujer a causa de la violencia doméstica. Es cierto que en los úlitmos años se ha avanzado en intentar erradicar este problema pero no se ha conseguido, de hecho desde que se tiene constancia cada año mueren más mujeres. Por otro lado, es bastante preocupante que son cada vez más las muertes de mujeres procedentes de otros países.
Hemos, por tanto, replantear la política que se tiene que llevar a cabo. Desde mi punto de vista, los problemas graves se han de tratar de base, es decir, en la raíz. Otro procedimiento es un simple parche que nos lleva a arreglar los problemas sólo temporalmente. De esta forma cabría reorientar la política pública de la lucha contra la violencia de género y tratarla integralmente.
Esta integralidad se refiere a poner todos los medios posibles para proteger a las mujeres maltratadas (por supuesto a los hombres maltratadores también, aunque sean minoría) pero también hay que poner todos los medios para evitar que los maltratadores lo vuelvan a hacer. Hace un par de meses la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, propuso un teléfono para maltratadores y todo el mundo la criticó. No sé si el teléfono es un buen camino, pero al menos alguien se ha dado cuenta de que la violencia doméstica se acaba si contemplamos los dos lados; al maltratador y al maltratado.
Para acabar, también el colegio, y otros medios de socialización tienen un papel necesario en erradicar este problema. Respecto al colegio hemos de tener en cuenta que hay una asignatura de Educación para la ciudadanía que trata aspectos de este tipo de forma directa y no de forma transversal como se había hecho hasta ahora, aunque obviamente, sus frutos son a medio y largo plazo. Los medios de comunicación, por ejemplo, lo pueden reducir evitando la emisión de imágenes de violencia a determinadas horas.
Esperemos que pronto todos se pongan a trabajar para erradicar esta lacra social que tanto terror produce en muchos hogares españoles.
J. Luis S. Marín
Sº Movimientos Sociales
