Cuando llega el cumpleaños, pues uno se alegra y lo primero que piensa es ¡cuántos regalos recibiré!, se abre el envoltorio de una forma tan ilusionante...¿qué habrá dentro? ¿se habrán acordado de aquella cosa que me gustaba...? Es un momento mágico, pero yo creo que el término “regalo” en sí, demuestra un acto altruista de amistad, de aprecio o de simple reconocimiento, sin llegar a esperar nada a cambio...¿verdad que no?¿alguien espera sinceramente que ese regalo degenere en algún favor provechoso?, pues claro que no, en eso consiste la esencia del regalo, un presente altruista y sincero, y si no, no es un regalo, es “otra cosa”. Pues la verdad no sé qué concepto tienen Luis Bárcenas, Rita Barberá o Francisco Camps por un regalo que te hacen, nadie espera un contrato ventajoso o la concesión de un determinado proyecto...eso es otra cosa, eso es corrupción. Sí sí, esa palabra que tanto les gusta paladear a muchos responsables del PP para desacreditar a políticos socialistas cuando no tienen otro recurso...Pues mira por dónde, están hasta el cuello de....REGALOS. Claro, que el que hace un regalo no tiene culpa, en principio es un acto de buena fe, de amor incluso, pero cuando al tiempo resulta que consigues ese contratito del que ibas detrás, cuando las ofertas de tus competidores son mejores, pues.....¡esto funciona, nena, encarga 3 trajes más que ya le he pillado el truco a esto!!!
Y nada, conclusión: que navidad puede ser todos los días, sobre todo si eres un cargo en la Generalitat Valenciana...yo voy a hacer lo mismo, voy a esperar sentado que lleguen los favores por todos los regalos que hago...aunque claro, a la escala del coste de mis regalos, pues esperaré alguna camiseta de Zara, o mejor....¡una latita de mejillones, que están muy buenos!
Bernardo Sánchez