Que la Iglesia Católica está en contra del matrimonio homosexual es algo que ya sabíamos todos. Lo que de ningún modo era esperable es que se utilice un medio de comunicación para insultar y atacar a un colectivo como es el de los homosexuales. El pasado día 19, la locutora de la COPE Cristina López Schlichting dedicó una de las secciones de su programa "La tarde con Cristina" a hablar con dos "sociólogas" (muy en la línea de Aquilino Polaino) sobre la "enfermedad homosexual y su curación". En todo momento del debate (por llamarlo de algún modo), las tertulianas se refieren a la homosexualidad como si de una enfermedad se tratase, hablando de "casos clínicos" y afirmando que es resultado de "problemas de aceptación y de falta de afecto". La sanación consistiría en "salir de la homosexualidad y disfrutar la heterosexualidad".
Pero, ¿esta tía de qué va? Un espacio como el suyo sólo puede servir para fomentar el odio, la homofobia y la intolerancia. Me parecería de muy mal gusto que alguien hablase de la "enfermedad mental" de pensar que un hombre resucitó tres días después de morir y ascendió a los cielos. Llamar a los católicos "locos" sería de muy mal gusto, y supongo que sería perseguido hasta la saciedad. Sin embargo, López Schilichting puede decir lo que le dé la gana sobre los homosexuales, contando con la protección de la Conferencia Espiscopal. Personalmente, no creo que el hombre del que hablaba anteriormente resucitase al tercer día, pero sí que tengo muy claro que su mensaje nada tenía que ver con el odio, el rencor y la intolerancia que hoy muestran desde la jerarquía eclesiástica.
Fernando Miñana